5 casas prefabricadas pequeñas y fáciles de colocar

Hay casas prefabricadas de todos los tamaños. Algunas hasta tienen el tamaño y el diseño de un chalet, ya que son construcciones modulares que se pueden ampliar a gusto del cliente. No obstante, parte de su encanto está en que, por una cantidad razonable, cualquier persona que tenga ingresos medios puede tener una vivienda práctica, energéticamente eficiente y pequeña. Suficiente para cubrir las necesidades vitales.

Las casas prefabricadas se ven ahora como algo novedoso. Sin embargo, en países como Alemania, Estados Unidos o Canadá representan una parte importante del mercado residencial. Y si relacionamos las casas prefabricadas con las consecuencias de la crisis y el boom de las Tiny Houses (mini casas en español) en Estados Unidos, podemos deducir que hay un cambio de mentalidad: se valora el hecho de poder llevarse la casa a otro lugar si es necesario, además de liberarse de una hipoteca vitalicia y de aprender a vivir gastando los mínimos recursos posibles.

• Son más baratas: se fabrican en un proceso de producción industrializado por partes o componentes, igual que se fabrican otros productos, como por ejemplo, los automóviles. Después se trasladan al terreno donde será colocada en muy poco tiempo. Este proceso abarata el costo de construcción de la vivienda considerablemente.
• Se construyen rápidamente y con una obra limpia: como las piezas ya están construidas, sólo se necesita ensamblar la casa sobre el terreno. No obstante, hay trabajos como la cimentación y las instalaciones (eléctrica, hidráulica...) que se hacen igual que en una vivienda tradicional. Por lo general, y dependiendo de su tamaño y acabados, se tarda entre 4 y 6 meses en construirlas. El ahorro de tiempo también supone un ahorro de dinero.
• Son más respetuosas con el medio ambiente: la mayoría incorporan materiales reciclados o con un menor impacto medioambiental. Además, al construirse dentro de un proceso industrial, se optimiza el uso de materiales y de energía, minimizando así los residuos.
• Son energéticamente eficientes: se construyen de forma que tengan una alta eficiencia energética. Inclusive hay casas prefabricadas con certificados de viviendas ecológicas.
• Son viviendas móviles: no todas lo son, ya que algunas se cimientan, pero pueden serlo. De esta forma, al ser consideradas mobil homes, se pueden instalar en terrenos donde legalmente no se permite edificar de manera tradicional.
• Son personalizables: hay empresas que tienen un catálogo de modelos cerrado y otras que las diseñan al gusto y medida del cliente. Por lo tanto, aunque sean prefabricadas, se pueden personalizar.

Se trata de una casa prefabricada y transportable en sintonía con la naturaleza, que ha sido diseñada para llevar una vida sencilla. Con una estructura sólida, las proporciones responden al esfuerzo de los diseñadores por transmitir plenitud en el interior, a pesar de sus reducidas dimensiones. La casa ÁPH80 es autosuficiente, transportable por carretera y económicamente competitiva. Su tiempo de fabricación es de 6 a 8 semanas y cuesta alrededor de 21,900 euros (unos $436,000 MXN).

Los contenedores marítimos de carga se pueden reciclar para construir viviendas de todos los tamaños, ya que cada contenedor es como un módulo que se puede unir a otro. La casa contenedor Port-a-Beach fue pensada como una mini casita para pasar los fines de semana en familia. Sus creadores quisieron, además, que fuera una casa transportable para no condenar la estructura a estar instalada siempre sobre el mismo terreno. Por eso, es autosuficiente e independiente en cuanto a suministros, aunque también se puede conectar a los servicios existentes del terreno, si es que los hay.

Port-a-Beach tiene una estructura desplegable que se puede abrir al exterior para ampliar su espacio vital y cerrarse cuando se desee. Contiene todo lo esencial de una vivienda: cocina con fregadero, clósets y estantes para almacenaje, baño con regadera y camas. 

El contenedor Guest House es otro proyecto de mini vivienda realizado con un contenedor marítimo de carga. Se ideó como una casa habitación de invitados y está equipada con una regadera, un lavabo y un fregadero de acero inoxidable, además de un sofá cama y algunos muebles auxiliares.

En su diseño se tuvieron en cuenta factores climáticos y de sustentabilidad, y muchos de sus materiales son reciclados. En el tejado se construyó un jardín, lo que se conoce como techo verde. La cara frontal del contenedor y uno de los laterales son grandes puertas corredizas de cristal, pensadas para optimizar la vista y la entrada de luz natural. Además, parte de la chapa del techo hace de pérgola para regular la sombra en los meses de más calor.

El interior está aislado con espuma y revestido con madera triplay de bambú. El agua utilizada en el fregadero y en la regadera se reutiliza para regar la azotea y el WC es de compostaje. ¡Y todo esto en un contenedor!

Esta vivienda prefabricada de 152 m² es una casa de retiro para un escritor (su propietario), que también sirve como casa de vacaciones, ya que está ubicada en un bonito entorno natural. Por eso, otro de los requisitos para su diseño era que pudiera quedar cerrada y protegida cuando no estuviera en uso.

Estructuralmente, es una casa de cristal con tres cubiertas de madera abatibles, capaces de cerrar la casa a través de un sistema de cables de acero inoxidable y poleas oscilantes. Cuando están abiertas, las cubiertas se convierten en el porche de la vivienda y crean una casa conectada con el entorno natural.

El interior del espacio es una única habitación acristalada con una modesta zona detrás del comedor donde se encuentran el baño y la cocina.