Inspirados en las fábricas inglesas del inicio de la revolución industrial, con sus silos de almacenamiento y ventanas en repetición, las fachadas retoman su volumetría y la transportan a nuestros dias desestructurandola y borrando sus líneas maestras.
Además, las personas que trabajan en el corporativo toman prioridad en el uso de luz natural para crear espacios de bienestar.
Concebida desde el principio como base del proyecto, la luz no te deja de lado cuando se trata de desplazarte por el corporativo.
Luz que consigue filtrarse entre las ramas y las hojas llegando a los pasillos, reflejándose en sus texturas suaves y tonos ligeros, para recordarte que ella es el corazón del proyecto.
Un núcleo vegetal rodeado de industria.
Al entrar al Corp. Santa Ana y dejar atrás el mundo exterior, lo primero que se percibe es el jardín central del proyecto. Este espacio sirve como foco visual de las oficinas y garantiza que todos los usuarios convivan con la naturaleza día con día. Además, al estar en el centro del complejo, garantiza la mayor cantidad de luz natural en los espacios.
Sin duda, el proyecto consigue distanciarse totalmente de su entorno industrial impuesto.
Las líneas sencillas de la recepción alargan el espacio y conducen la vista al jardín central. Además, las salas de visita se separan del espacio principal solo con materiales transparentes para crear un mayor sensación de amplitud.
