El proyecto consistió en adecuar un pequeño local comercial que antes era una veterinaria, en una heladería. El espacio es muy pequeño 15m2 y se tenía que sacar el máximo provecho para tener el área de venta, bodega y sanitario en orden. Se emplearon colores claros y alegres para atraer en especial la atención del niños y por consiguiente sus padres; así como también se emplearon dos móviles para romper la rigidez del plafón y así la también la gente puede entrar por curiosidad y convertirse en cliente.
Los elementos que se aprecian son el logotipo montado en un MDF cortado en láser y con iluminación de leds en la parte posterior.