
La recámara presenta un sólo vano con una pieza corrediza que se oculta en los muros, con un panel de seguridad en caso de que no se requiera entrada de iluminación natural.

La zona de vestibulación es una estancia que apunta a la apreciación paisajista, las condiciones del terreno le dan esa virtud visual para poder crear una estimulación sensorial de confort y descanso.

La volumetría desordenada como integración al contexto natural que responde a una lógica estructura y distribución funcional de los interiores.

Dejar el espacio exacto en funcionalidad y que formen parte de la plástica, es una prioridad en el desarrollo de este proyecto.

La accesibilidad es presentada como un elemento sobrio y ciego que le da mucha privacidad.

El proyecto contempla espacios que integren las actividades de convivencia entre los usuarios, que sean parte del panorama y que tengan una facilidad en construcción en mantenimiento.