Respiro, tranquilidad, y la habitabilidad constante alrededor de la vegetación
Proyecto: Arq. Servando Bojórquez
Construcción: Bojórquez Arquitectos
Fotografía: Gonzalo Bojórquez
El bosque de Los Colomos es un pequeño pulmón verde en una ciudad, Guadalajara, donde no se ha cuidado, ni respetado la vida forestal. De acuerdo a la OMS (La Organización Mundial de la Salud) para asegurar un mínimo de salud en la población se necesita un árbol por cada 3 habitantes, es decir en México por familia tendría que haber en la urbe mínimo 2 árboles, desgraciadamente en la zona metropolitana, más allá de distintos datos asequibles en la red, si bien existen zonas verdes hay una amplia mayoría de espacios en los que la vegetación es escasa. Lo natural por muchos años, en aras de mayor construcción, fue tirar los arboles existentes en una parcela para construir ahí, esto se puede percibir en el contexto inmediato de la residencia en donde a pesar de que la mayoría de las casas se construyó en la época no hay una sola que haya respetado la flora existente, una colonia que al estar anexada a un bosque ciertamente alguna vez estuvo llena de arbolado, es por esto que esta casa, construida por el Arq. Servando Bojórquez en el año 1998 resulta interesante pues se proyectó la vivienda alrededor de dos árboles centenarios existentes en el lado oeste del terreno.
De acuerdo a la manera de proyectar, y al gusto del cliente, se decidió usar materiales y técnicas regionales, así como una estética que reflejara a la ciudad con ciertos elementos modernos, recordando a la arquitectura mexicana y a la escuela tapatía.
La casa da la bienvenida con una puerta de madera que al abrirla permite rematar la visual con elementos mexicanos que una vez ingresando te dirige al vestíbulo principal por el que la casa conduce sus dependencias. Cada una de las áreas apunta hacia un área jardinada y arbolada en el que se encuentra los árboles centenarios alrededor de los cuales la casa se proyectó como se mencionó con anterioridad.
Tras ingresar se percibe la escalera principal por medio del cual se conecta a la planta alta y la zona familiar. Contiguo a las escaleras se presenta el distribuidor principal, que sirve de elemento de conexión entre dependencias, es asi que alrededor de él se encuentra la Sala de Estar el Comedor y la Cocina, todo apuntando hacia el área ajardinada exterior. Cromáticamente la casa está pintada de blanca utilizando remates de color en ciertos elementos como la herrería, nichos, y columnas.
Con el uso del color y de arcos de medio punto los espacios se dividen logrando una sensibilización sensorial de diferencia espacial. El uso de la luz además resulta esencial, con ventanales abarcando toda la doble altura, y tragaluces en escalera, la luz se hace paso por la casa permitiendo además una ventilación cruzada que provoca una sensación de calidez en todas las épocas del año. Interiores y exterior tienen entonces la intención de expresar una arquitectura emocional y cálida que permita al usuario sentirse tranquilo en la metrópoli aislándolo del caos citadino.
La recamara principal cuenta con una techumbre de madera colocado en dos aguas
Desde un balcón en planta alta se puede ver el ingreso principal
Otra vista, ahora hacia el patio interior, desde balcón en segundo piso
Vista hacia abajo de la doble altura desde la segunda planta
Escalinata principal forrada de recinto volcanico
Tragaluz en doble altura en escalera
Detalla de escultura en Poyo previo a escaleras
Detalle de un arco de medio punto desde la cocina hacia comedor principal
Detalle de estar en jardín posterior
Vista hacia la sala de estar
Remate visual en ingreso principal
Patio principal a partir del cual se distribuyen las dependencias de la casa
Patio principal a partir del cual se distribuyen las dependencias de la casa