El color es un elemento básico tanto en nuestra vida diaria como en la decoración de nuestra casa, pero no es lo mismo elegir de que tono vestirte a seleccionar el color de tu sala, por ejemplo. Decidir el matiz adecuado para cada estancia te permitirá generar espacios más amplios, propiciar un descanso reparador o inclusive crear un oasis de tranquilidad y relajación. ¿Pero qué gama aplicar, o qué combinaciones de tonos hacer? para que el resultado sea el esperado y nuestra casa no parezca ni un hospital ni una feria. La clave es definir la paleta de color, una herramienta básica que nos permitirá hacer que cada día nos volvamos a enamorar de nuestra casa. Repasa con nosotros algunas de las claves para definir la paleta de colores que tu casa necesita. ¡Sácales provecho a los colores con estos trucos!
1. Ajustar volúmenes y ocultar lo que no nos gusta
Si analizas bien las fotos de esas casas que te encantan, verás como el color es el elemento a través del cual una estancia cobra vida, remarca un área, juega con los volúmenes de la arquitectura y destacar lo mejor. También es el encargado de ocultar las cosas que no nos gustan o que no queremos que se noten. Con el color podemos ampliar una habitación muy pequeña, o estrechar un espacio de igual manera bajar un techo demasiado alto o incluso calentar una habitación demasiado fría. Los interioristas están de acuerdo en que si escoges colores de base neutros conseguirás añadir luminosidad y tu casa se verá más amplia, porque se multiplicará la luz. Deja los colores oscuros para puntos en los que tu proyecto te pida un poco de atención, por ejemplo, los textiles, un cuadro, o alguna pared que quieras resaltar.
2. A cada estilo su color
Independientemente que nos inclinemos por los tonos claros, también es una realidad que cada estilo decorativo tiene un color especial, así por ejemplo los amantes del estilo escandinavo saben que los tonos blancos y fríos le sientan de maravilla. Los que prefieren la tendencia clásica, van más a los tonos ocres y cremas, pasando por marrones o incluso dorados. Para los que disfrutan lo rústico: piedras, grises, azules oscuros y verde oliva funciona muy bien para crear espacios equilibrados. Y los de la onda mediterránea, caerán rendidos a los pies de los azules, blancos, madera y piedra. ¡No hay mezclas imposibles! Pero si reglas básicas, que conviene no saltarse, como por ejemplo: nunca mezcles más de 3 tonos si no eres profesional del color. Unifica pintando con un mismo tono el 70% del espacio y reparte el resto del color en alguna pared, las molduras o marcos de las puertas.
3. El contraste siempre es bueno
Para provocar un contraste, lo indicado es pintar casi toda la habitación en una gama muy clara y después seleccionar el área donde pondremos el o los colores más fuertes que crearán el acento que hará que tu casa se vea única. Si quieres un color muy oscuro, adelante, puedes ponerlo, pero recuerda, sólo en una pared y de preferencia emplea papel tapiz, por si te cansa pronto el efecto, o decides probar otro color lo puedas retirar fácilmente. Un ejemplo más de contrastante a través de los tonos, es la separación de áreas o zonas que están en la misma estancia y quieras hacer evidente las vocaciones de cada una, por ejemplo, la cocina de la sala y para ello tanto el piso como la colocación de los muebles y demás elementos decorativos pueden ayudarnos a reforzar el efecto que deseemos crear.
4. Ojo a los puntos de luz
Para que el resultado sea el que imaginas, abre las cortinas y deja que la luz natural lo invada todo. Es imprescindible que te fijes en los puntos de luz al momento de elegir el color y veas cómo varía a lo largo del día. No es lo mismo que tu casa esté orientada al sur que al norte, que tengas enfrente edificios altos, que vivas en un primer piso o en un ático. El color puede variar dependiendo de todos estos elementos. Pero el truco infalible para que los espacios crezcan visualmente, es pintar los techos de blanco, esto provoca que la luz rebote y se esparza por toda la estancia, haciendo que se vea más amplio. Pero si por el contrario el problema es un exceso de espacio, atrévete a pintarlos en tonos intensos, así también generarás un ambiente más acogedor. ¿Quieres techos pintados?, puedes hacerlo siempre que sean muy altos, algunas opciones son emplear colores fuertes (grises o incluso negros) aunque te aconsejamos que nunca te atrevas a dar este paso sin el visto bueno de un arquitecto de interiores o de un interiorista. Ellos y sus programas mágicos en 3D, te mostrarán si tu idea puede quedar bien en tu casa.
5. Lo primordial es tener presente que estás decorando tu hogar
Al ser nuestra casa nuestro refugio y el lugar en donde nuestra familia y nosotros recargamos energía para todas nuestras actividades, lo ideal es que elijas un tono base que te transmita paz, serenidad y relajación, para que puedas unificar todos los colores de las habitaciones, baños y zonas de paso y que todo siga un contexto que tenga sentido. Los colores de moda están muy bien para alguna pared puntual, o algún accesorio decorativo, pero las gamas de siempre son los que van a transmitir esa limpieza y amplitud que todo hogar necesita. Si te pasó por la cabeza pintar cada cuarto de un color ¡Olvídalo! Es una apuesta demasiado arriesgada que no saldrá nada bien.
6. La originalidad nunca está de más
Si seguimos la premisa de que los tonos claros y neutros son lo ideal ¿Dónde queda entonces la creatividad para que el conjunto se vea especial? Nuestro consejo es que ocupes otros elementos como pueden ser zócalos, molduras, frisos o vigas de madera que tengan tus estancias para resaltar su belleza. No es lo mismo una casa de campo donde siempre favorecen los tonos cálidos cercanos a la tierra, que un apartamento cerca de la playa, donde podemos escoger tranquilamente colores más mediterráneos y neutros para las paredes, puertas, pisos, tejidos, zócalos o papel tapiz.
7. El secreto son los trucos finales
Siguiendo nuestra regla de los colores neutros en toda la casa, puedes (he aquí el secreto) permitirte la licencia de aplicar un tono más subido en la pared del cabecero de tu cama (o de los niños), en el frente de la chimenea o en el recibidor para enfatizar ese espacio. Y lo mismo pasa con las puertas, de blancas puedes cambiarlas a uno de los colores de moda, azul claro o verde menta. no hay ningún problema siempre y cuando combine con el suelo y el resto de los colores de nuestra casa. También ten presente que no todas las pinturas son iguales y que al ser tu hogar en el que estás invirtiendo, es importante es que sean pinturas de calidad, que se limpien bien, reflejen la luz, tengan matices y sean ecológicas.
¿Y tú, estás pensando en cambiar la paleta de color de tu casa para hacerla más tuya? ¿O vas a reformarla por completo y quieres usar el color para empezar de cero? Esperamos que todas estas claves te sirvan de ayuda, pero si tienes alguna duda ponla en los comentarios. ¡Nos encanta leeros!