7 cocinas pequeñas que aprovechan sus metros al máximo

Esta cocina de dimensiones reducidas y de forma alargada fue distribuida en torno a la luz natural que entraba por la única ventana que había. Por supuesto, esto fue clave para hacer que la cocina pareciera algo más amplia visualmente, ya que si sus dueños hubieran descartado la ventana, la cocina habría perdido encanto y "metros cuadrados". Para destacar aún más esto, optaron por pisos cálidos de madera y por una cocina totalmente blanca, tanto en los muebles como en las paredes. Esto hizo que se aprovechara al máximo el espacio.

Esta mini cocina estaba oculta tras la puerta, pero sus dueños -en lugar de realizar una remodelación integral y tirar el muro para hacer una cocina abierta- optaron por descartar la puerta para conectar el comedor con la cocina. Visualmente hay más profundidad, y eso hace que la cocina parezca más grande, ya que aprovecha la luz que entra por la sala. Una vez más, se eligieron los muebles en color blanco, y en esta ocasión, para dar mayor sensación de continuidad, se seleccionó el mismo piso para el comedor, la sala y la cocina. 

El reto de esta cocina era integrar todos los muebles y electrodomésticos en muy pocos metros cuadrados, y lo cierto es que sus dueños lo consiguieron con bastante éxito. Muebles blancos, sencillos, modernos y sin jaladeras configuran la forma cuadrada de esta cocina. La campana integrada en el propio mueble, así como el horno, ambos de acero inoxidable, contrastan con el color blanco que predomina en el espacio. El detalle más lujoso de esta mini cocina es que las paredes se revistieron de mármol, dándole un toque único y muy personal a la misma.

Aunque el blanco es el color que más agranda los espacios, lo cierto es que esta opción de blanco y negro también consiguió ese mismo efecto. Se jugó con el blanco y el negro alternando el color en paredes y mobiliario, aunque hay que tener en cuenta que la cocina tenía una gran ventana por donde fluía la luz natural. Un desayunador de mármol con dos taburetes de madera se convierte en el epicentro de la barra. Se trata de una cocina pequeña, pero con mucho estilo y elegancia.

Lo que más destaca de esta cocina es, sin duda, la puerta de cristal que conectaba a un jardín y por donde la luz natural entraba sin limitaciones. La planta alargada de esta cocina condicionó la distribución del mobiliario, por lo que se optó por colocar los muebles a un lado y dejar la zona izquierda más despejada para una mesa pequeña. El peso visual de tener los muebles a la derecha se compensó con un piso hidráulico con figuras geométricas que, sin duda, llenó de color y encanto la cocina. Una gran lámpara de techo pone la guinda magistralmente a la cocina.