A la hora de emprender una remodelación en la cocina hay un elemento, uno en concreto, cuya elección nos lleva algo más de tiempo. Casi más que los armarios o los azulejos. Porque se ve mucho, porque sobre ella trabajarás cada día y porque más vale que te guste el material que has escogido, si no quieres aborrecerla en un santiamén. Hablamos, cómo no, de las cubiertas. Hay muchas opciones en el mercado, pero las que acumulan más fans, son: las cubiertas de granito, seguidas de las de mármol sintético o silestone, y en último lugar, las cubiertas de madera. ¡Veamos qué nos aporta cada una!
Cubiertas de granito: El clásico que nunca muere
Es una piedra formada por cuarzo, feldespato y mica. Su solidificación en la tierra es un proceso lento y natural. Por lo tanto, es muy resistente y cada pieza es única. De ahí que el granito sea uno de los materiales preferidos para las cubiertas de cocina. Además, su relación calidad-precio-durabilidad es óptima. No es uno de los materiales más baratos, pero sí uno de los que tiene más ventajas.
Una amplia gama natural de colores y acabados
Es una piedra sólida que resiste los golpes, las manchas y las altas temperaturas. Además, debido a las características de su proceso de formación, existe una amplísima gama de colores y tipos de vetas naturales, que se pueden trabajar con distintos acabados: mate, brillante, pulido, liso y el cepillado o envejecido, que presenta irregularidades en la superficie y es de aspecto satinado o mate.
Desventajas, pocas…
Ciertamente, el granito tiene más ventajas que desventajas, no obstante, alguna tiene... Es una piedra porosa, por lo tanto hay que sellarla periódicamente para que no penetren líquidos y la manchen. Por otro lado, tiene que ir encima de muebles sólidos, ya que pesa mucho.
Cubiertas de mármol sintético: versatilidad a la máxima potencia
También conocido como silestone, el mármol sintético está formado por cuarzo cristalizado al cual se le añaden resinas y otros componentes para lograr distintos acabados. Las principales virtudes del cuarzo son la dureza y la resistencia a los ácidos. Convertido en mármol sintético, ofrece una superficie extra lisa, muy duradera y disponible en una amplia gama de colores.
Practicidad e higiene
El silestone es ideal para encimeras muy grandes, ya que sus juntas son casi invisibles. La superficie no es porosa y por ello, resiste las manchas. Además, el cuarzo natural tiene propiedades antibacterianas, por lo que tiene unas cualidades de higiene únicas y resulta muy fácil de limpiar. ¡Ah! Y se le puede dar cualquier forma sin temor a la continuidad, porque el color es completamente uniforme.
Una variedad infinita
El silestone está disponible en más de 100 colores, que a su vez pueden tener distintos acabados y estilos (liso, con vetas, con grano fino o grueso…). No obstante, los expertos desaconsejan los colores más oscuros para la cocina, porque con el paso del tiempo, los arañazos son más visibles. Otro aspecto negativo es que no se pueden poner ollas calientes directamente sobre la superficie. En cuanto al precio, es una de las opciones más caras del mercado.
Cubiertas de madera: Exquisitamente cálidas
Las cubiertas de madera son para los más románticos y amantes de lo natural. La madera es el material más cálido, atemporal y altamente decorativa. Se adapta a cualquier estilo de cocina, de las más rústicas a las más modernas. Vaya, que más camaleónica y atemporal, imposible. Pero su principal virtud es la calidez que transmite. Hace que la cocina sea, inevitablemente, más acogedora.
Naturalmente, natural
La madera es un material antibacteriano por naturaleza y por eso, tiene propiedades higiénicas positivas en el contacto directo con alimentos. Al contrario de lo que se piensa, su porosidad no la convierte en un nido de porquería. Por otro lado, su tacto y belleza natural son únicas e inimitables. Por eso están haciendo furor en muchos hogares de inspiración nórdica.
Belleza frágil
A pesar de sus cualidades estéticas y antibacterianas, es la opción más frágil de las expuestas en este artículo. La madera es blanda y porosa, por lo tanto, tiene una menor resistencia a las manchas, los golpes y las rayadas. Eso no quiere decir que sea una opción descartable para tu encimera: son muy baratas, y si tomas las precauciones adecuadas, se mantendrá intacta. Además, se puede lijar y barnizar periódicamente para renovar su aspecto.
Vistas las principales características de cada una, ¿con
qué tipo de cubierta te quedas tú?