Cómo ahorrar en una remodelación

Sabemos que suena contradictorio y totalmente opuesto al “menos es más” del minimalismo de Mies Van der Rohe, pero a veces, a la hora de remodelar, hacer más obra significa acabar gastando menos. Esto es así porque una remodelación pequeña es proporcionalmente más costosa que una más completa. La mano de obra e incluso los materiales son más baratos si la obra es mayor, así que si te lo puedes permitir, vale la pena gastar un poco más y realizar todos los trabajos a la vez.

Asegúrate de pedir más de una cotización y que estas tengan las mismas “partidas”. Es decir, que puedas ver los mismos conceptos, materiales y tipos de ejecución en cada uno de los documentos. Es muy difícil comparar si no se especifica todo muy bien, así que intenta siempre que todo esté bien desglosado para que sea más fácil detectar las diferencias y poder elegir la cotización que más te convenga. Un consejo que suele funcionar es nunca quedarte con la más cara (obviamente), pero tampoco con la más barata, ya que podría tratarse de lo que se conoce como “bajada temeraria”. 

No todo lo referente al ahorro se puede definir a corto plazo, es decir, solo al cálculo de la obra. Hay asuntos que van más allá en el tiempo, pero que a largo plazo pueden significar un ahorro importante. Por ejemplo, es muy importante pensar en el futuro gasto energético de la vivienda, teniendo en cuenta que el pago de suministros es uno de los gastos más elevados del día a día. 

Si una vez metido en remodelaciones tienes en cuenta la sustentabilidad, no solo te lo agradecerá el planeta, sino también el bolsillo. Lo más fácil es aislar bien la vivienda para ahorrar en calefacción y/o aire acondicionado, usar sistemas de iluminación que gasten menos energía, como los LEDs, o cambiar las instalaciones y los electrodomésticos por otros más eficientes. Puede parecer un gasto extra, pero sin duda amortizarás la inversión a largo plazo. 

Muchos de los proyectos de remodelación que les enseñamos han sido realizados con un presupuesto muy bajo. No siempre los mejores materiales son los más caros, y se deben tener en cuenta las necesidades de cada vivienda. Así que te invitamos a descubrir nuestros proyectos para inspirarte y puedas ver que no siempre es necesario gastar mucho para tener un nuevo hogar que te encante. 

Algunas de las mejores remodelaciones que hemos visto parten de la premisa de que una buena planeación del espacio muchas veces es más importante que los materiales usados. Quizá tirar un muro y simplemente cambiar el color de las paredes es la solución perfecta para darle un aire renovado al hogar. 

Que la obra sea llevada por un arquitecto o un interiorista, además de quitarte dolores de cabeza, hará que la cantidad total que acabes pagando sea menor. Muchas veces la creencia popular es que será al contrario, ya que evidentemente hay que sumar sus honorarios. Pero lo que mucha gente no sabe es que su presencia asegurará cumplir los plazos de ejecución y coordinar a los profesionales (albañiles, electricistas, plomeros…) del modo más eficaz. Esto, a largo plazo, se traduce en ahorro de tiempo y de dinero. Además, te ayudarán a elegir los mejores materiales y a conseguir los mejores precios en las empresas de construcción que intervengan.

No siempre des todo por perdido y decidas hacer borrón y cuenta nueva. A veces lo que ya tienes está mejor de lo que crees y puedes aprovecharlo para la nueva vida que le vas a dar a tu hogar. Por ejemplo, no vale la pena desaprovechar un buen clóset empotrado, ya que quizá solo con lacarlo de otro color puedes darle un aspecto renovado. 

¿Odias los azulejos de tu cocina o baño pero no puedes permitirte una remodelación integral? No importa, siempre puedes pintarlos. ¿Te da lástima tirar ese mueble antiguo que ya no te gusta? Busca la manera de integrarlo, es posible que solo con cambiarlo de lugar y pintarlo te quede genial. ¿No crees?