Las buhardillas son espacios maravillosos que pueden suponer un plus decorativo en nuestro hogar. No podemos negar que estas estancias ubicadas en la parte alta de nuestras viviendas desprenden encanto en cada uno de sus rincones. Si contáis con la suerte de tener una buhardilla en casa, seguro que os habréis planteado en muchas ocasiones ideas diferentes para aprovecharla. Pero ¿por qué no convertirla en vuestro dormitorio? Os mostramos las claves para poder adecuar este espacio con tanta personalidad, convirtiéndolo en el dormitorio de vuestros sueños.
Espacios diáfanos para aprovechar
Uno de los puntos más atractivos de las buhardillas es que suelen ser estancias diáfanas. Así, sin tabiquería que moleste, la sensación de amplitud es mayor, aunque el espacio sea menor que en los pisos inferiores. Contamos así con una estancia sin paredes y con techos inclinados que puede darnos muchísimo juego como dormitorio. Dormitorios amplios con varios ambientes que serán la envidia de nuestras visitas.
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El techo, ese gran protagonista
No podemos olvidarnos que el techo de nuestra buhardilla será el auténtico protagonista. Eso no significa que prestar atención al resto de decoración no merezca la pena, simplemente es algo que tenemos que tener en cuenta mientras decoramos y amueblamos, pues hay que intentar no restarle protagonismo, sobre todo si contamos con algún tipo de viga decorativa. En este último caso, recargar el dormitorio sería un auténtico error.
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Luce las vigas de tu buhardilla
Si bien es cierto que las vigas nos vuelven locos, hay que deshacer esa errónea asociación entre buhardilla y vigas, pues lo cierto es que actualmente, en la mayoría de los casos, las habitaciones abuhardilladas suelen tener simplemente inclinación en su techo perdiendo así este elemento tan bello. No obstante, no hay que preocuparse, si cuentas con una habitación abuhardillada pero no tienes vigas puedes incorporar vigas falsas. Podrás escoger materiales como el poliéster o la fibra de vidrio, bastante económicos y fáciles de colocar, o bien contratar a un buen carpintero y cubrir tu techo de madera de verdad, un poco más caro pero indiscutiblemente más bonito.
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Iluminación sutil y cuidada
Por norma general, las buhardillas suelen ser espacios realmente luminosos. Aunque, la mayoría gozan de una buena iluminación natural, sí hallamos problemas en lo que se refiere a la luz artificial. Y es que muchos techos abuhardillados, debido a su inclinación, cuentan con dificultades para poder instalar lámparas colgantes. Teniendo en cuenta que nuestro dormitorio se usará tanto de día como de noche, es necesario conseguir iluminación para la noche y la tarde. Así, parece apropiado optar por lámparas de pie y otras para colocar sobre nuestra mesita de noche. Sea como sea, intentad tener la suficiente luz artificial. Una excelente solución es contar con mobiliario de color claro además de las lámparas pertinentes.
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La calidez de la madera
Debemos saber que estas habitaciones están más expuestas al frío que cualquier otra estancia de la casa. Así, es necesario contar con materiales capaces de aislarnos de las bajas temperaturas. Todo pasa por revestimientos correctos y materiales como la madera, ideales en este tipo de situación, no obstante, también es necesario prestar atención a los cerramientos para que sean capaces de aislarnos del frío en invierno.
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Consigue el ambiente ideal
Si estamos más expuestos al frío, también lo estaremos al calor. Lo cierto es que al ser el techo de nuestra vivienda, durante los veranos podemos experimentar bastante calor en estas habitaciones. El sol impactará sobre el tejado durante todo el día, así, por las noches, quizá sea un poco difícil dormir en un ambiente tan caldeado. Lo mejor es contar con un aparato de aire acondicionado o con suficientes ventanas para abrirlas por la noche.
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Claves para amueblar con encanto
Para amueblar nuestra buhardilla debemos tener en cuenta la altura de los techos y la inclinación de los mismos. Dependiendo de cómo sea nuestra buhardilla podemos encontrarnos con zonas donde el techo es demasiado bajo, es decir, zonas en las que ponerse de pie no resulta posible. Estas zonas de la habitación deben ser nuestra prioridad a la hora de amueblar. En vez de dejarlas vacíos y evitarlas podemos colocar bonitos muebles a medida, un sofá o incluso la cama. De esta forma acabamos con las “zonas prohibidas” que empequeñecen esta peculiar estancia y las aprovechamos al cien por cien.
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